Han llegado cosas, sin pedirlas, que reafirman la idea de que el cambio es la dirección correcta. Pequeñas señales por las vías menos pensadas que contribuyen a no perder el vuelito que ya agarré.
Consecuencia de lo anterior ha sido mi nueva onda de arreglarme para ir a la oficina. O sea, no es que siempre me vaya de pijama ni nada por el estilo, pero desde tiempos remotos que comencé a trabajar, he optado por looks de godínez bastante sobrios y aburridazos, no sé, supongo que me daba muuucha hueva el trabajo mental que implica ponerle "punch" a un outfit oficinista para que se vea cool.
A lo anterior, habría que agregar que en serio uno se siente mil veces mejor cuando se pone a dieta. Cuando te sientes gorda nomás no funcionas igual.
Bueno el caso es que el viernes pasado, aprovechando que los jefes nos dan chance de ir a la oficina un poco más "casuales" (que no informales), me puse unos shorts blancos y una camisa de mezclilla de manga larga. Dejen les explico, que la lógica en esos casos, es que si tu ropa de la cintura para abajo es enseñadora, arriba debes ponerte algo cubridor, y viceversa. Los shorts pues sí eran shorts, es decir, no eran bermudas, me llegaban como unos 20 cm arriba de la rodilla, pero usé un cinturón formal e insisto, la camisa de mezclilla de botones y manga larga.
Go figure, que al ir a comer con mis amigas, me cagotearon que porque los shorts estaban muy cortitos y que casi se me veía el trasero y que cómo me había ido así a trabajar. Eso me causó algo de tenampa pues porque tampoco es que quiera cruzar la delgada línea entre lo trendy y lo ninel conde, o que los jefes digan qué pedo con esta vieja impropia, sobre todo para lo fresas que son.
Total que traje la preocupación y la tenampa todo el fin de semana. Hoy le dije a mi jefe que sorry por los shorts del viernes, que no me di cuenta de lo cortos que estaban hasta que mis amigas me lo hicieron notar. Y me dice, pppfff, para nada te veías impropia, ha de ser envidia.
Cha-le! cómo se hace uno solo chaquetas mentales! La conclusión que me pasó Marco fue acertadísima: ¿Qué tan cortos pueden ser unos shorts para ir a la oficina sin verte slut? Lo más cortos posible. Es de sluts no querer verse slut. juar, juar, juar, juar
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