Los pajarillos no son como los de aquí; allá, tienen patas larguiruchas y corren.
Los zopilotes son animales protegidos y se les puede ver en cualquier camino comiendo carroña.
El queso chiapaneco sabe distinto (a mí en lo personal no me late, pero a mi familia sí).
Hay ríos (literalmente) a la vuelta de cualquier esquina.
El clima es delicioso.
A donde volteés hayarás montañas enormes forradas con selva y bruma (como la isla de Jurassic Park, lo juro).
Me he enamorado de Chiapas... tengo que volver.
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