Para leerme elogiar y bitchear sobre los lugares a los que voy a comer, no dejen de ir a:

galleta-busca-comida.blogspot.com

Thursday, January 10, 2013

Tirar por la borda el sobrepeso del barco.

Saqué un montón de tiliches y basura de mi antiguo closet de la casa de mis papás porque por fin accedieron a cambiarse a un depa. Y es que, para qué quieren dos ruquis un casonononón....? Bueno, el para qué quieren un casonón ya lo entendí: para no estar demasiado cerca uno del otro. Ahora, viven en un depa de 100 m2 y entiendo su desesperación y su no querer estar en casa en todo el día, pues chocan uno con otro hasta para ir al baño. Creo que fueron demasiados años de no convivir tan de cerca, jajaja. En fin, tendrán que adaptarse porque el cambio ya está hecho.

Pero bueno, volviendo al tema de desentilicharse... Según yo había sacado la mayoría de mis cosas cuando según yo limpié el clóset, pero no, jóvenes elegantes. Faltaban, oh, muchísimas cosas por sacar. Esta vez tiré gran parte de mis libros que contenían leyes ya obsoletas. Tiré un montón de pendejadas que guardaba a manera de recuerdos, e incluso me topé con mis tan mencionados diarios, tanto pinchi pedo para decidir si guardarlos o no, porque el gran valor sentimental y bla bla bla... pues me puse a leer algunas páginas del último diario, en el que escribí las últimas de mi noviazgo con exnovio universitario y los inicios del noviazgo con Titi, y no mamen, puro pinchi azote de 2 varos, jajajaja. Se me hizo chafa, azotado, una persona que simplemente ahora ya no soy y que no extraño. O sea, no me arrepiento de haber sido la morra azotada y rebuscada y bla bla bla, pero definitivamente no extraño serlo y me siento mucho más cómoda con lo que soy ahora. Entonces, como para qué guardar todos esos cuadernos que contienen toda esa sarta de sandeces? en serio, todo me vino muy claro a la mente. Tengo que deshacerme de ellos pero YA. No los quiero tener, guardar, custodiar, nada.

No obstante lo anterior, sí me quedé con pocas cosas que sí son importantes. Por ejemplo, la correspondencia que nos enviábamos el ratón de los dientes y yo (obvio el ratón era mi papá). Esas cartas son oro para mí, creo que es el epítome de lo que fue y siempre debió ser mi relación con mi papá. Un señor sumamente enternecido por tener una hija, dispuesto a jugar al ridículo por ella, y una morrita cuyo papá es su superman. Leo las cartas y añoro esa relación. Añoro quererlo así, sin toda la basura que me fue metiendo mi mamá a través de los años y que derivó en el híbrido raro y complicadísimo de amor-odio que tenemos ahorita.

Yo tenía derecho a que mi papá fuera mi superman toda la vida.

1 comment:

SexTypeThing said...

Totally agree.

Aunque la idea de tirar los diarios no me late, porque a final de cuentas se le invirtió en escribirlos y pues estaría bien chingón que tus nietos leyeran que tan azotada eras jajajaj