Trabajo, trabajo, trabajo.

No se hizo el cambio de consejo. Lo que pasa es que en todas las empresas del grupo, existe el mismo consejo, pero en ésta en particular, era distinto. Un día la estúpida pseudo abogada que estuvo antes de mí (que seguramente estudió en univer y veía como un fastidio el mundo corporativo, añorando, en cambio, litigar en juzgados cochambrosos donde enseñando sus trémulas carnes pudiera convencer a algún juez) tuvo la brillante idea de las actas de esta empresa, las firmara quien era el presidente del consejo de TODAS las demás empresas (pero que en ésta no lo era).

Esto no sería gran problema, hacemos una acta pre-fechada de cambio de consejo y ya. Pero el problema es que hay actas posteriores que sí están firmadas por el verdadero presidente del consejo, de manera que: si meto un cambio de consejo cuando comenzó a firmar el presidente que no era, las demás carecen de validez, y si meto el cambio después, aquellas en las que firmó quien no era pierden valor. Y eso no es lo peor, sino que entre ellas hay un otorgamiento de poder, y asumiendo que no vale, entonces esa persona nunca tuvo poder ni facultades para firmar ningún documento y todo lo actuado en virtud de ese instrumento es nulo.

Y ashhhh.... sé que les vale retro-madre mi trabajo pero es lo único que hay en mi vida últimamente. Trabajo, trabajo, trabajo. (ah, y deudas).