La mañana por fin llegó. Anoche me sentí atrapada entre las sábanas, en un sueño que parecía ser eterno, y ¿adivina quién fue el protagonista? Tú. Reapareciste desde la parte más dormida de mí, conminándome con cada abrazo, con cada sonrisa indolente. Ya estás aquí. Hay una bruma extraña que no me deja verte bien, pero quizá sea mejor que continúe sin dilucidar del todo tu rostro. Ya no me importa tratar de no sentir. Tu sevicia es tal, que me provoca no querer siquiera defenderme. Me quedo estática, llenándome de tu aliento... estás tan cerca... respiro tu lascivia ...espero tu próximo rasguño. El dolor me sabe bien. La noche se aproxima: bienvenido a mis pesadillas. Soy Tuya de nuevo.
Thursday, October 27, 2005
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